Los compañeros de la Sección Sindical de UGT me han dado la oportunidad de participar en este boletín de elecciones sindicales y, además de darles las gracias por ello, quiero aprovechar la ocasión para comentar con vosotros algunas cosas de las que como trabajadores y trabajadoras asalariados, pero también como ciudadanos y ciudadanas nos afectan: Estamos inmersos en una profunda crisis. Una crisis provocada por la codicia y la desregulación que han fomentado políticas económicas neoliberales. Todo control, toda supervisión, toda intervención del Estado en la economía y en la sociedad eran considerados perniciosos para el crecimiento y la eficacia. Durante muchos años este ha sido el modelo único a seguir, aunque se construyera desde la competencia más feroz generando desigualdades e injusticias también crecientes. Ahora, ese modelo nos sume en la mayor crisis conocida desde la Gran Depresión y nos deja una factura que los trabajadores pagamos dos veces: una con el empleo, la otra con recortes sociales. Pero la mayor factura es la que está en juego, el Estado de Bienestar europeo que los españoles de cierta edad hemos visto construir desde la llegada de la democracia a nuestro país y su integración en Europa. En estos momentos la obsesión única es reducir los déficits públicos generados por el rescate del sistema financiero, para ello se congelan pensiones, se reducen salarios, se cuestiona la negociación colectiva, el sistema de pensiones, el mercado de trabajo y el papel de lo público, y se sigue destruyendo empleo. Estamos inermes ante los mismos mercados que nos han traído hasta aquí y los gobiernos europeos actúan tarde, descoordinadamente y a su dictado. Una situación así produce desesperación y temor entre la gente, una situación propicia para los discursos populistas que explican bien el voto a la derecha.

En esta partida la Unión General de Trabajadores, fundadora de la Confederación Europea de Sindicatos, defiende más Unión Europea, mayor integración de las economías de sus Estados miembros, una posición común que sin descuidar la estabilidad apueste por el crecimiento, una política económica europea que defienda como patrimonio de ciudadanía europea su Estado del Bienestar. Nuestro discurso, el del sindicalismo europeo, no es fácil, exige mucho esfuerzo, constancia y persuasión; pero no hay soluciones mágicas, quienes las enarbolan mienten y lo saben.            

En breves fechas vais a celebrar las elecciones sindicales en vuestra empresa, una vez más los trabajadores y trabajadoras de STADLER (Macosa,Meinfesa,Gec Alsthom,Alstom,Vossloh) tendréis la oportunidad de decidir qué organizaciones sindicales merecen vuestra confianza para dirigir en los próximos cuatro años el Comité de Empresa, pero también apostáis por un modelo de sindicalismo que os representa más allá de vuestra fábrica. Es una decisión importante, especialmente en momentos tan difíciles, pero creo honradamente que contáis en la Sección Sindical de UGT con los mejores compañeros para gestionar los problemas que el futuro inmediato os pueda deparar, experiencia no les falta y su capacidad en estos cuatro años está más que demostrada. En cuanto al modelo sindical que representa la Unión General de Trabajadores, decir simplemente que es el que ha acompañado a los trabajadores españoles en sus demandas y conquistas desde finales del siglo XIX, y lleva desde entonces defendiendo en nuestro país la democracia, la libertad y la justicia social.