UGT considera que la Cumbre Europea defrauda, de nuevo, las expectativas sobre un cambio de rumbo en la política económica para priorizar el crecimiento y el empleo (los contenidos, en este sentido, son más retóricos que reales). La obsesión por combatir el déficit, en los plazos exigidos, sigue siendo el timón de esta política de ajuste bajo el férreo control del Gobierno alemán.

El resultado es que Europa va a la deriva y se está hundiendo la confianza de los ciudadanos en el proyecto europeo. Con respecto a España, UGT reclama la convocatoria urgente de la mesa de diálogo social tripartita para conocer, de primera mano, los contenidos de la reforma laboral, sobre la que Rajoy hablo ayer en Bruselas, y los resultados que quiere obtener con la misma. Al mismo tiempo, los sindicatos harán valer su opinión.

El Consejo Europeo, que se celebró ayer en Bruselas, consagra la política del ajuste y la austeridad y consolida un camino que agravará la situación de Europa y España. La reducción del déficit sigue siendo el catecismo de la política europea, dirigida por el Gobierno de la canciller alemana, Angela Merkel, que ha impuesto un Tratado Intergubernamental que consolida un camino de construcción europea poco democrático.

Por otro lado, los criterios de introducir mayor flexibilidad en los objetivos de déficit, defendidos por el Presidente de la Comisión Europea, Durao Barroso, chocan con las imposiciones e intereses del Gobierno alemán, que hoy por hoy, guía la política económica de la eurozona. Esta rigidez en los plazos, unido a la persistencia en la reducción del gasto, a costa de recorte de derechos y condiciones laborales, nos conducen de manera inexorable a más paro y más recesión, lo que a su vez provoca la desconfianza de los ciudadanos en el proyecto europeo.

Por otra parte, los contenidos sobre empleo, tratados en esta Cumbre, son más retóricos que reales. Si bien, es positivo el planteamiento de una estrategia contra el paro juvenil y la asignación de 4.000 millones del Fondo Social Europeo a nuestro país para relanzar el empleo de nuestros jóvenes. Una estrategia en cuyo diseño y desarrollo deben participar los interlocutores sociales, tal y como ha sugerido el propio presidente de la Comisión Europea, Durao Barroso, al Presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy.

UGT recuerda que ya en el Acuerdo Social y Económico, firmado en febrero del año pasado, fruto del Diálogo Social, se establece la necesidad de desarrollar un plan para fomentar el empleo de nuestros jóvenes, una de las principales reivindicaciones de los sindicatos y sobre la que ya hay propuestas encima de la mesa.

Respecto a las declaraciones de Mariano Rajoy, al especular sobre la posible convocatoria de una huelga por parte de los sindicatos, a causa de la reforma laboral que proyecta su Gobierno, el sindicato le exige que- al igual que hizo antes de su investidura- convoque inmediatamente a los interlocutores sociales para explicar los contenidos de la reforma que proyecta.

En este sentido, reclama la convocatoria urgente de una mesa de diálogo social tripartita, Gobierno, sindicatos y empresarios, sobre reforma laboral. Primero, para conocer, de primera mano, qué piensa hacer el Gobierno y qué resultados piensa conseguir con las medidas que quiere poner en práctica y luego para que los sindicatos podamos hacer valer nuestra opinión. La convocatoria de esta mesa es un derecho constitucional de los agentes sociales a ser informados y una obligación del Gobierno.

UGT recuerda que la reforma laboral (ésta sería la enésima) no será el remedio al paro, ni siquiera servirá para contentar a los mercados en el medio plazo y advierte que mal orientada puede provocar más desempleo y sumirnos más en la recesión. Por eso, le pide al Gobierno prudencia, equilibrio y sensatez en el diseño de la misma. Al mismo tiempo, le exige que se respeten los contenidos del II Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva 2012, 2013 y 2014, porque todo lo referente a la esta materia esta bien tratado y orientado, por las partes legitimadas en esta negociación. El Ejecutivo tiene que legislar en función de lo que necesita nuestro país, que es incentivar la actividad económica y el empleo, no en función de las imposiciones de los mercados y los intereses financieros de determinados países.