No pretendo ser catastrofista, pero ante el anuncio de la factoría Pilkington radicada en Sagunto de llevar a cabo una reestructuración que supone la deslocalización de su línea de laminado y que, por sí misma dada su trascendencia, amenaza el futuro de la planta, uno se pregunta si no estaremos viendo en este hecho la punta del iceberg.
Al igual que Pilkington, otras muchas de las empresas del sector del automóvil que representa una parte muy sustancial del tejido industrial de la Comunitat Valenciana se pueden ver afectadas por la que quizás sea la mayor crisis en la historia de este sector.
Ford ha tenido un descenso en su producción del 32%, lo que le ha llevado a enfrentarse a la negociación de ERTE,s y a la amortización de puestos de trabajo definitivos también acordados con la representación mayoritaria de los trabajadores, fundamentalmente con la Sección Sindical de UGT en la factoría y, gracias a esta acción sindical, sin que por el momento estos ajustes hayan supuesto salidas traumáticas. Pero nuestras desgracias no acaban con el final de, la pandemia, el 2021 no se prevé mejor por el impacto de la escasez de semiconductores.
Pasará la pandemia, se resolverán los problemas de escasez de "chips", pero están por ver sus efectos en las grandes decisiones estratégicas de estas compañías, y ver si en ellas se contempla España y la Comunitat Valenciana como escenarios de oportunidades para la inversión y la consiguiente consolidación de este sector industrial en nuestra economía, o por el contrario seremos relegados frente a terceros países.
Frente a este panorama podemos actuar de dos formas: esperar confiados en que los grandes grupos empresariales del automóvil situados en España sigan apostando por nosotros mientras por el camino se suceden despidos, deslocalizaciones y convenios a la baja, dejando caer todo el peso y la responsabilidad sobre el futuro del sector en las espaldas de las organizaciones sindicales, o por el contrario somos capaces de adelantarnos poniendo en marcha políticas industriales e infraestructuras de todo tipo capaces de mejorar la productividad del sector.
Desde la UGT llevamos largo tiempo preocupados por un escenario que puede ser devastador para la Comunitat Valenciana, desde principios de año nos hemos esforzado en concienciar a los poderes públicos de cuanto aquí queda dicho, desde la Ministra de Industria hasta buen número de Alcaldes de los distintos municipios afectados. Todos somos conscientes de la importancia del sector, tanto en términos de PIB como en empleos. Es por ello que pedimos YA una mesa de diálogo específica del sector del automóvil donde se sienten los diferentes actores implicados para tomar decisiones que puedan ayudarnos a afianzar una industria que requiere especial atención.
Tras el anuncio realizado por parte de compañía Pilkington, 400 personas temen por su medio de vida y el de sus familias. No hay transición justa, ni consuelo para quien engrosa las listas del paro, sino inseguridad, desasosiego y preocupación por el futuro. Al lado de nuestros compañeros ejercemos la presión y la negociación buscando la mejor alternativa posible hasta sus últimas consecuencias.